lunes, junio 10, 2019

LA CLAUSURA, UNA MANERA INTENSA DE VIVIR LA SUMISIÓN.


  El término clausura aplicado al BDSM procede (como tantos de sus conceptos y costumbres) de la obra literaria "Historia de O" de Pauline Réage (seudónimo de Anne Declos) publicada en 1954. La Clausura está referenciada tanto en la novela citada (en el capítulo "Los amantes de Roissy") como en la película (basada en el libro) que con el mismo título fue estrenada en 1975. En este film, la clausura de O es descrita en una escena que transcurre del minuto 31 al 34 aproximadamente.


  Llamo "Clausura" a un espacio en el que el Amo sitúa a su sumisa en un estado mental de intensa sumisión, fruto  de un clima de recogimiento interior, en un ambiente silencioso que le permita satisfacer y profundizar en el deseo de sentirse completamente sometida y entregada (sentimientos que algunos Dominantes gustamos recibir en su máximo nivel). La Clausura, como actividad contemplativa que es, debe hacerse en un lugar silencioso y pacífico, pero es un espacio no sólo físico, sino sobre todo mental. La sumisa se aísla del exterior, para entrar en un mundo en donde las ansiedades e inquietudes cotidianas quedan olvidadas de manera que su mente se enfoque sólo en sus sentimientos sumisos. Se trataría de una situación en la que la sumisa se sumerge en un ambiente que podríamos llamar "monacal" de silencio y meditación (de ahí el término "Clausura").


*¿CÓMO CONSEGUIR QUE LA CLAUSURA TENGA ÉXITO?
  Antes que nada he de aclarar que los consejos que expongo para la Clausura, NO son de ninguna manera preceptivos. Cada pareja debe llevar su Clausura de la manera que más le convenga para su disfrute. Incluso el uso de los azotes (o cualquier otra técnica) en la Clausura, no tienen por qué ser necesarios.
  La Clausura tiene muchos puntos de contacto con lo que se ha venido en llamar "Sumisión Mental". De hecho podíamos decir que la Clausura ES Sumisión Mental. Recomiendo pues, leer mi artículo  "Sumisión Mental. Sumisión perfecta" expuesto en mi blog . Todas las técnicas descritas allí son aplicables a la Clausura.
  Para mí, es condición indispensable para que la Clausura tenga éxito, que el Amo conozca en profundidad a su sumisa, especialmente en todo lo referente a su sumisión. Solemos decir que cada pareja es un mundo, y las parejas BDSM también lo son. Las parejas, en su convivencia, acrisolan señales, costumbres y pequeños rituales que al final se convierten en reflejos condicionados, éstos últimos es evidente que también formarán parte de su manera de vivir el BDSM y que a la postre, condicionarán la práctica de la Clausura.  Un Amo hábil sabe usar estos condicionamientos para guiar a su sumisa en su viaje interior.
  Al contrario de lo que podría creerse leyendo la novela referenciada más arriba,  durante la Clausura el Amo no debería limitarse sólo a azotar a su sumisa. La labor del Amo consiste sobre todo, en guiarla hábilmente en su viaje interior y ello hará imprescindible dedicación y cierto esfuerzo por su parte.
  Todas las técnicas que cumplan las tres leyes principales del BDSM son válidas, siempre que se elijan las que más convengan al momento, el clima existente y el que se quiera crear, pero la mejor técnica a aplicar es la PALABRA. Las palabras que use el Amo contribuirán a llevarla a un estado de paz y tranquilidad, vaciando la mente de pensamientos inútiles para ser llenada por la sumisión hacia su Amo.  El buen Amo sabe elegir la palabra apropiada, la entonación adecuada y el momento oportuno.
  Aunque la Clausura se puede vivir de muchas maneras, creo que el ritmo básico de la misma debería consistir en que la sumisa sea "visitada" a menudo por su Amo, no sabiendo qué le deparará su próxima visita. Este "no saber",  junto al no ser repetitivo (es importante que el Amo utilice su imaginación para no serlo), facilita el sentimiento en la sumisa de estar totalmente sometida, entregada y a merced de los deseos de su Amo, que a la postre es el sentimiento principal y el núcleo de lo que constituye la sumisión.
  Durante las visitas del Amo, es normal que éste quiera azotar a su sumisa. Hay un dicho en el mundo BDSM (el cual suscribo): "Los azotes son el "camino real" (por ser el principal) que lleva a la sumisión".  Los azotes (bien administrados) suelen reforzar el estado de sumisión, si bien yo haría hincapié en que, en la Clausura, el principal objetivo de los azotes no es satisfacer la posible tendencia S/m de la pareja, sino ayudar a la mente sumisa a centrarse en su sumisión.
  Considero un recurso muy valioso el que se le venden los ojos a la sumisa antes de ser azotada. La razón es sencilla: potenciar con ello su aislamiento respecto de otros estímulos para que se concentre en el "significado" de los azotes en la Clausura, este significado es muy importante y lo considero diferente al que puedan tener los azotes administrados en una sesión corriente. Por ello la intensidad, el ritmo y las palabras que los acompañen deben ir dirigidos especialmente a situar a la sumisa en un estado especial de sumisión.  Cito un pasaje de la novela, referente a la Clausura, en Roissy "Ella nunca vio a los hombres que entraban, porque previamente un criado le vendaba los ojos y no le quitaba la venda hasta que ellos se habían ido"... Pauline Reage conocía bien los recursos de la  Dominación...
  Hay otros recursos excelentes a disposición del Amo: los diarios en los que la sumisa vierta sus sentimientos y experiencias durante las clausura para ser leídos y revisados por la pareja, la adoración amorosa del Amo, las conversaciones con éste, la total transparencia hacia su Amo de lo que piense, sienta y experimente durante la clausura, etc.
  Aunque cada pareja debe llevar su Clausura, según quiera y le convenga, opino que el Amo NO debería vetar los sentimientos amorosos y hasta las manifestaciones de ternura y afecto que su sumisa quiera expresarle durante la clausura (y los suyos hacia ella), al final la clausura tiene como finalidad principal acrecentar la unión o fusión intensa con el Amo. Por el contrario, las manifestaciones amorosas de la sumisa hacia su Amo deberían ser vistos como una consecuencia lógica de la propia Clausura. A veces es difícil distinguir entre sumisión y amor, la razón es sencilla: ante todo la sumisa quiere conseguir la felicidad de su Amo a través de su sumisión. El querer conseguir la felicidad del otro es una manera de definir el amor. Y como digo muchas veces en mi blog: hay un tiempo para cada cosa... y en la Clausura también.


*LA SEGURIDAD DE LA SUMISA
  Soy partidario de que la sumisa experimente que está atada durante la clausura, bien del collar, de las muñequeras o de las tobilleras, PERO observando las siguientes PRECAUCIONES:
  Aunque la sumisa esté atada, en mi opinión debería poder moverse con facilidad y sólo durante breves momentos (por ejemplo el de los azotes) la atadura podría ser tensionada, la razón es sencilla: téngase en cuenta que una Clausura suele durar mucho más que una sesión y por lo tanto la más mínima postura forzada con la que atemos a nuestra sumisa podría lesionarla, debido precisamente al factor tiempo. Por la misma razón NO recomiendo el uso directo de cuerdas  para atar las muñecas o los pies de la sumisa puesto que pueden afectar a la larga a su circulación sanguínea. En su lugar sería más seguro atar las cuerdas (o las cadenas) a las muñequeras y a ser posible que éstas estuvieran acolchadas.
  Sin embargo, aunque la sumisa en la mayor parte del tiempo no debe ser atada con tensión, en mi opinión sí debe permanecer atada (de manera laxa), pero permanente, de forma que sea consciente en todo momento de que lo está, ello le recordará durante toda la clausura, su condición de sometida. El uso de cadenas metálicas refuerza este sentimiento, su frialdad, su peso y el sonido especial que hacen las cadenas al menor movimiento o cuando son corridas en las anillas en el momento en que la sumisa es sujetada para ser azotada, crean un clima especial...
  Recuerdo una vez más lo importante que es el que la sumisa NO se vea sometida a posturas forzadas durante mucho tiempo, especialmente en lo concerniente a sus rodillas: ¡cuidado con sus rodillas!: la fantasía tan común y extendida, de que una sumisa debe estar continuamente de rodillas delante de su Amo es totalmente falsa: las rodillas humanas NO está hechas para arrodillarse, tienen otra finalidad. Si le ordenas a tu sumisa que permanezca de rodillas, tendrá que ser por muy poco tiempo y si esa postura se prolonga deberías ordenarle usar un cojín que las preserve.
  Por supuesto el Amo debe estar muy atento a cualquier malestar que su sumisa pueda manifestar durante la clausura. A mi entender el Amo NO debería ausentarse de la vivienda donde se realice la clausura mientras dure ésta y además debería visitarla a menudo, aunque sea sólo para cerciorarse de que está bien. En este aspecto recomiendo por su utilidad los timbres inalámbricos, para su uso el Amo debe cerciorarse que efectivamente funciona y que el pulsador del timbre permanezca siempre al alcance de la sumisa mientras ésta esté sola para que el Amo acuda en su auxilio al más mínimo problema.
  Por supuesto todas las normas de seguridad aplicables a cualquier sesión, son aplicables a la Clausura.
  Como ocurre con cualquier escena BDSM, la clausura debe ser TOTALMENTE VOLUNTARIA y PREVIAMENTE CONSENSUADA. Si nuestra sumisa nos da su Palabra de Seguridad, la Clausura debe ser interrumpida en el acto, desatando a la sumisa inmediatamente. Una Clausura NUNCA debería ser forzada (podría tratarse incluso un delito). Además de que resultaría un absurdo, se supone que queremos que nuestra sumisa se nos entrega en su máximo nivel durante la clausura, pero una entrega no querida no debería tener sentido para un Amo sano.


*¿DÓNDE REALIZAR LA CLAUSURA?
  El espacio físico en donde se desarrolle la Clausura es importante. Aunque no es necesario disponer de una mazmorra como la que se describe en la novela citada, sí es necesario disponer de al menos una habitación, que puede estar en la propia casa, en la que la sumisa pueda aislarse y estar en paz, a ser posible sin demasiados ruidos que la distraigan y en la que se pueda crear un "clima" de recogimiento. A ello pueden contribuir una iluminación tenue, una alfombra (e incluso un pequeño colchón y mantas si ha de dormir) en la que la sumisa pueda acostarse, arrodillarse o cualquier otra postura que el Amo le exija y unos cuantos cojines.  También el Amo debería disponer de al menos una anilla en la pared o en el techo a la que pueda atar su sumisa.
   En mi opinión, el Amo debería tomar las precauciones necesarias para que (en lo posible) la mente de su sumisa pierda la noción del tiempo transcurrido en la Clausura, por ello los relojes, los móviles y cualquier aparato que la pueda distraer, deberían estar fuera de su vista durante el tiempo que dure la clausura. La novela citada lo describe muy gráficamente: "En aquella cálida penumbra a la que no llegaba ruido alguno, O pronto perdió la noción del tiempo. No había día ni noche y nunca se apagaba la luz".


*¿CUÁNTO HA DE DUDAR UNA CLAUSURA?
  Esta pregunta es de difícil contestación. Puede durar desde unas horas hasta un fin de semana. Personalmente creo, que llevar su práctica más allá puede ser excesivo para el bienestar emocional de la sumisa (al menos en las primeras clausuras). Piénsese en algo muy obvio: normalmente nuestra sumisa NO está en clausura, es decir, la clausura es una actividad excepcional que debería ser realizada con prudencia, comenzando por poco tiempo e ir alargándolo en sucesivas clausuras, si ése es el deseo de la pareja.


*¿CUÁNDO HACER LA CLAUSURA?
  Esta pregunta tendría la misma contestación que aquella que dice "¿Cuándo y cuánto, sesionar?". Cada pareja tendrá su dinámica y sobre todo, tendrá que ajustarse a sus posibilidades.
  Hay parejas que sienten la vocación y el deseo de practicar algo parecido a un 24/7, pero que sus circunstancias personales: hijos, trabajo, hipoteca... hacen imposible profundizar en su relación tanto como desearían. El recurso de los sufridos abuelos o la ayuda inestimable de los amigos, quizá les permita estar  solos, al menos un fin de semana en el que puedan practicar la Clausura.


*LOS PEQUEÑOS DETALLES...
  Hay pequeños detalles que el Amo debe cuidar y que deben estar previstos antes de comenzar la Clausura, por ejemplo:
  -La comida  que la sumisa vaya a consumir durante la Clausura, también debe cuidar que esté bien hidratada y con agua siempre a su disposición.
  -Sus necesidades fisiológicas.
  -La temperatura y la ventilación de la habitación. Una sumisa en su clausura no debería pasar frío ni calor excesivos (al respecto y una vez más, recuerdo lo relativamente prolongadas que son las clausuras respecto a lo que pueda serlo una sesión).
  -Los hijos, las visitas imprevistas de amigos, familiares, etc.
  -Los pequeñas asuntos pendientes, que puedan romper la Clausura, sobre todo en lo concerniente a llamadas de teléfono, mensajes, WhatsApp, etc., que tanto tiempo nos ocupan en nuestra vida moderna.
  -Etc.


 Si  la Clausura tiene éxito, debería tener como resultado el vivificar e intensificar la relación de la pareja BDSM, haciendo que la sumisa salga de ella mucho más sumisa.
Autor: El Faro
elfarosm@hotmail.com
http://www.elfarosm.blogspot.com/

1 comentario:

  1. Gracias Señor,por mostrar esta faceta de la sumisión tan bella y deseable.Yo me siento particularmente inclinada hacia el confinamiento y la meditacion en la vocación sumisa.

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