lunes, febrero 25, 2013

ACARICIARSE, UN PASATIEMPO MARAVILLOSO



SUBMENÚ


*¿VALE LA PENA DEDICAR TIEMPO A LAS CARICIAS?
*DIEZ REGLAS SENCILLAS PARA ACARICIAR
*LA IMPORTANCIA DEL AMBIENTE Y EL CLIMA EMOCIONAL PREVIO A LAS CARICIAS
*LO QUE DEBE TENER EN CUENTA ANTES DE ACARICIAR
*¿DÓNDE Y CUANDO ACARICIARSE?
*¿QUÉ PODEMOS ACARICIAR?
*¿Y CON QUÉ ACARICIO?
*LA TÉCNICA DE LA CARICIA
*COSQUILLAS Y ESCALOFRÍOS, ¿CÓMO EVITARLOS?
*¿TIENE ALGO QUE VER EL MASAJE SENSUAL CON LAS CARICIAS?
*LA CARICIA COMO JUEGO
*¿CÓMO DISFRUTAR DE LAS CARICIAS?
*GUIÓN PARA UNA VELADA PERFECTA DE CARICIAS

*¿VALE LA PENA DEDICAR TIEMPO A LAS CARICIAS?
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Resulta curioso el hecho de que seamos capaces de trabajar y dedicar mucho tiempo y esfuerzo para poder pagarnos maravillosos espectáculos, una excelente comida o un fabuloso crucero al Caribe buscando placeres inconmensurables, y que sin embargo seamos incapaces de dedicar de manera regular un poco de nuestro tiempo para disfrutar de los placeres que hay escondidos en nuestra piel.
Se da el hecho paradójico para nuestra consumista mente occidental, de que nuestros mejores placeres sean gratuitos. Para disfrutar del sexo o la ternura, el masaje o las caricias, sólo nos necesitamos a nosotros mismos en pareja.
Además son placeres que pueden renovarse cada día: nuestra sexualidad y nuestra piel se “recargan” al poco tiempo de disfrutar de ellas y nuestro cuerpo se prepara de nuevo para experimentar nuevas sensaciones.
Para las parejas que realmente se aman, que cuidan y trabajan por su relación, las caricias pueden ser una excelente herramienta para mantenerla fuerte y sana.
En el mundo occidental tenemos la idea de que acariciarse es sólo un paso preliminar para una relación sexual satisfactoria, pero las caricias en sí mismas pueden ser un medio de obtener placer tan válido como el propio sexo.
Puede que las caricias le lleven a tener sexo, lo que no deja de ser un excelente final para una sesión de caricias, pero lo importante es que las caricias NO tienen por qué estar dirigidas exclusivamente a procurar la excitación necesaria para conseguir un orgasmo.
Las caricias, además de ser una excelente fuente de placer, nos proporcionan satisfacción EMOCIONAL y además tiene efectos muy beneficiosos para nuestra SALUD:
-Las caricias son una fuente de SATISFACCIÓN EMOCIONAL porque ante todo acariciar es un acto amoroso, una manera de decirle a la otra persona que queremos contribuir de manera activa a su felicidad. Al ser acariciado, uno siente de manera objetiva que es amado. No intente acariciar a alguien a quien aborrece, lo va a notar enseguida. La situación inversa también es cierta, no intente acariciar a alguien que le odia a usted, lo único que conseguirá es un rechazo inmediato a ser tocado.
-Capítulo aparte merecen los EFECTOS SALUDABLES que tienen las caricias para nuestro organismo. Producen una evidente relajación muscular, reducen la tensión nerviosa activando la secreción de endorfinas (hormonas que están relacionadas con la sensación de bienestar). También se produce una disminución de cortisol y norepinefrina (las hormonas ligadas a la ansiedad y el estrés) y un aumento de la oxitocina que nos produce apego por la pareja .
Por todo ello me permito resaltar la importancia que tiene la educación sensorial de los niños. Aquellas madres que acaricien a sus hijos de manera regular en su más temprana edad, le estarán haciendo un inmenso bien emocional: sentirán que son amados, les predispondrá para ver la vida como algo gozoso, serán personas más seguras de sí mismas etc etc. La lista de los beneficios sería interminable. Y por supuesto durante toda su vida, su piel estará más capacitada para recibir y disfrutar de caricias.
Hay madres extraordinariamente solícitas y preocupadas sólo por que su bebé esté inmaculadamente limpio, perfumado y , como suele suceder, excesivamente alimentado.
Quizá deberían plantearse dedicar parte de ese tiempo a acariciar a su hijo de manera habitual. Les darían un alimento “espiritual” tan beneficioso para su espíritu como el alimento “físico” lo es para su cuerpo.
Si cree que realmente vale la pena el esfuerzo de aprender a acariciar y recibir caricias, siga leyendo, este texto tratará de ayudarle a que aprenda ambas cosas.

*DIEZ REGLAS SENCILLAS PARA ACARICIAR
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Hay una regla general para acariciar: SER SUTIL. ¿Esto qué quiere decir?. Que dentro de unos límites, cuanto menos contacto con la piel empleemos, cuanto menos presión ejerzamos, cuanto más lenta sea la caricia y cuanto menos veces la repitamos, más efecto conseguiremos.
1) AMBIENTE ADECUADO: Nada mediatiza más las caricias que el ambiente en que se den. Soy de la opinión de que sin el ambiente adecuado es mejor no acariciar. Es muy problemático acariciar en un lugar ruidoso e inhóspito, en cambio hacerlo en un ambiente de relax y silencio, es casi un requisito imprescindible.
2) ESTADO EMOCIONAL ADECUADO: No empiece a dar ni recibir caricias si está cansado, agitado, frustrado ni mucho menos enfadado con quien va a dar o de quien va a recibir caricias. Las parejas deberían ir hacia las caricias con un clima afectivo adecuado.
3) COMODIDAD: Es evidente que la persona que recibe caricias debe estar lo más cómoda posible, pero esto es igualmente importante para el que las dé. Si el que acaricia está en una postura incómoda, a la postre esa incomodidad será notada por el que las recibe.
4) EMPLEAR POCA SUPERFICIE: Para acariciar debe tener en cuenta algo fundamental: cuanta MENOR sea la superficie de contacto de su mano con la persona acariciada, MAYOR efecto tendrá. Así por ejemplo acariciar con los dedos tiene más efecto que hacerlo con la palma de la mano entera, y a su vez hacerlo con las uñas tiene más efecto que hacerlo con los dedos .
5) EJERCER POCA PRESIÓN: Si acaricia ejerciendo una presión excesiva con los dedos, lo único que logrará será una sensación dolorosa (¡sobre todo si lo hace con las uñas!) o en el mejor de los casos, el efecto se diluirá. Por otro lado, si no presiona en absoluto el acariciado no lo notará. Debe usted pues, encontrar el punto óptimo que siempre está mas cerca de la presión mínima que de la máxima.
6) LENTITUD: Increíblemente, lo más difícil de acariciar es hacerlo con la suficiente lentitud. Acariciar lentamente ayudará al sistema nervioso a procesar la caricia con más eficacia. En definitiva la lentitud en la caricia ayuda a “saborearla” mejor. Nunca ha de mover los dedos con rapidez sobre la piel.
7) NO REPETIR LA CARICIA UN NUMERO EXCESIVO DE VECES: Si se repite excesivamente la misma caricia sobre el mismo lugar de la piel, la sensación acaba por desaparecer, incluso puede tornarse dolorosa. Por otra parte cuando el acariciado nos envía una señal de que hemos encontrado un punto particularmente sensible, deberíamos repetir la caricia hasta agotar el efecto.
8) LA MULTIPLICIDAD: Si la postura lo permite, aconsejo acariciar con las dos manos en lugar de emplear una sola, y con todos los dedos en lugar de uno. Esto es especialmente cierto en los brazos y antebrazos, donde recomiendo acariciar oponiendo las manos, es decir una en la parte interna y otra en la parte externa de ambos sitios.
9) CONCENTRACIÓN: En su propio placer cuando sea acariciado y en estar atento a las reacciones del acariciado por parte de quien las da. Cuando reciba caricias no consienta que nada ni nadie le distraiga de su propio placer. Sea egoísta, ya le tocará el turno de devolver las caricias que le están dando.
10) INTENCIONALIDAD: Éste es quizá el factor más sutil de las caricias. Cuando acaricie, procure dirigir su mente a la punta de su dedos, buscando una concentración intensa. Esto hará que acaricie con la suficiente lentitud y la presión justa para producir el máximo efecto. Para los que creen en las energías sutiles, éste será un factor determinante, pues según esta creencia y con esta actitud, usted está canalizando energía positiva a través de los dedos hacia el cuerpo que acaricia.

*LA IMPORTANCIA DEL AMBIENTE Y EL CLIMA EMOCIONAL PREVIO A LAS CARICIAS
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Para que sus caricias obtengan una respuesta adecuada, debe haber antes un ambiente adecuado que predisponga a las mismas: el silencio o la música, los colores, los aromas...Pero quizá lo más importante de todo será la predisposición emocional con que lleguemos a las caricias.
No intente acariciar a una persona que esté cansada, aburrida o que no desee las caricias.
Para recibir caricias la persona debe estar “receptiva”, es decir, con la intención de disfrutar y prestar atención a su cuerpo. Así mismo, la intencionalidad del que acaricia es tan importante como la del que las recibe. La mala calidad de unas caricias dadas con desgana o con poca atención será fácilmente detectada por el que las recibe. Unos ejercicios de respiración consciente o de relajación a veces ayudan eficazmente a situarse en el estado mental adecuado tanto para dar como para recibir caricias.
No tome nunca el acto de acariciar como un “deber”, un sacrificio molesto. Acariciar debe ser un acto placentero fruto del amor hacia quien recibe sus caricias. Si acaricia pensando que es una obligación hacia la otra persona, es mejor que no empiece. Si lo hace así y entre usted y su pareja existe una comunicación fluida, ésta percibirá rápidamente que sus caricias son dadas como una obligación y no como algo gozoso no sólo para ella, sino también para usted mismo. Ello repercutirá a la postre en la concentración y el bienestar de la persona acariciada.
El clima y la actitud que la persona acariciada percibe en usted es fundamental para que una caricia sea algo gozoso o se convierta en desagradables cosquillas, esto ocurre sobre todo en los lugares más sensibles, como ocurre con las orejas, la nuca o las axilas. Todo ello es explicado con más detalles en la sección que habla de las cosquillas.

*LO QUE DEBE TENER EN CUENTA ANTES DE ACARICIAR
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Una vez que usted y su pareja hayan decidido prodigarse caricias y que el ambiente y el clima emocional sea propicio, deberán prepararse para hacerlo en las mejores condiciones de comodidad.
Es evidente que la persona acariciada debe estar lo más cómoda posible, generalmente y para empezar, boca abajo. Pero el que las da también debe estarlo. La razón es muy sencilla: Cuando acaricia, usted le está “hablando” al cuerpo del otro. Es muy importante que el que da las caricias esté en una posición que le permita acariciar sin esfuerzo, de lo contrario y dependiendo del grado de comunicación que tenga con su pareja, ella lo va a percibir de alguna manera a través de sus cambios frecuentes de posición, sus expresiones de desagrado e incluso mediante las propias caricias. Desde las primeras caricias póngase en una posición cómoda, ganarán los dos.
Por supuesto la manera más cómoda para acariciar desde el único punto de vista de la eficacia consiste en utilizar una camilla con el acariciador sentado cómodamente y a una altura conveniente de manera que domine con las manos todo el cuerpo que es acariciado.
El problema de utilizar una camilla es, que la caricia suele ser un acto amoroso e íntimo, que a diferencia del masaje soporta mal el ser programado de antemano y con los cuerpos tan “alejados”. Las caricias suelen surgir como algo espontáneo que de pronto nos apetece dar o recibir. Lo más normal es que nos apetezca hacerlo sobre la cama, al despertar, antes de dormir, en determinados momentos especialmente emotivos etc. De todas maneras el sexo suele ser un final feliz muy habitual de las caricias...y para ello es mejor una cama que una “camilla”.
Por otra parte, si a continuación de las caricias prevé darle un masaje relajante o erótico a su pareja (una continuación lógica de las caricias), deberá tener la precaución de preparar con anterioridad las toallas, tener los aceites a mano y todo lo demás que necesite, de manera que una cosa siga a la otra sin interrupciones bruscas que rompan la magia del momento.
Con la práctica de las caricias se logra a veces crear un clima muy especial e íntimo, en el que cualquier interrupción, ruido o movimiento brusco es percibido como algo muy desagradable. Procure tenerlo en cuenta y prepárese para que todo el proceso transcurra con suavidad y delicadeza .

*¿DÓNDE Y CUANDO ACARICIARSE?
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Quizá lo mejor de acariciarse es que lo podemos hacer en casi cualquier lugar, momento y situación, lo único que puede cambiar es la intensidad y el clima. Es evidente sin embargo, que no es lo mismo acariciarse en un lugar ruidoso que en una habitación tranquila, y que es mejor hacerlo donde haya intimidad que donde su atención sea solicitada por otros estímulos no deseados.
A pesar de que en nuestra cultura, los “placeres de la carne” han sido denostados durante demasiado tiempo, el hecho de acariciarse en público no produce demasiado rechazo social, excepto si se trata de caricias con una finalidad claramente sexual. Por ejemplo, nadie se ofenderá si en la sala de espera del médico, en lugar de ponerse a leer una revista, se dedica a pasar los dedos suavemente por el cuello de su pareja o a darle un suave y relajante masaje en la nuca antes de que él o ella se siente en el sillón del dentista. Lo mismo sucede en la playa, en donde nadie se escandalizará si se dedica a acariciar el cuerpo semidesnudo de su pareja, siempre que las caricias no tengan un carácter sexual obvio. Por cierto, una piel que haya sido expuesta recientemente al sol, es más sensible a las caricias con diferencia, de la que no lo ha sido.
Cualquier rincón de tiempo puede ser aprovechado para ejercitarse en el agradable placer de acariciar y entrenar el cuerpo de su pareja para recibir caricias. Recuerde:
Acariciar a su pareja es lo mismo que decirle que la ama, ¿es necesario que se lo diga a una hora determinada? .

*¿QUÉ PODEMOS ACARICIAR?
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TODO el cuerpo es acariciable, tenemos terminaciones nerviosas por todo nuestro cuerpo. Lo que sí ocurre es que tenemos unas partes más sensibles que otras. Cada persona es diferente y tiene un mapa de la piel diferente. Lo que para una persona es un punto extraordinariamente sensible a otra la puede dejar indiferente.
No obstante, hay zonas del cuerpo en las que usted tiene una alta probabilidad de encontrar una respuesta mejor a las caricias que en otros. Se suelen dar como lugares más sensibles: La parte anterior y posterior de los brazos, la parte superior de la espalda, los hombros...
Hay zonas en las que es más probable que llegue a sentir cosquillas. Sin embargo, el que su pareja pueda sentir cosquillas o no en una zona de la piel, no es motivo para no acariciarla, precisamente porque en estas zonas es donde se obtiene más placer al ser acariciado...con la condición de conseguir que las cosquillas se conviertan en caricias.
Mas adelante se explica como conseguirlo.
Hay lugares que merecen mención aparte: el sexo, la nuca y especialmente las orejas. El cuero cabelludo también es un lugar especial que aconsejo acariciar en último lugar...aunque algunos opinan que este lugar de honor debería dejarse para el sexo.
Depende de las circunstancias. Estos lugares serán estudiados aparte por las enormes posibilidades que encierran.
Cada persona es diferente, cada piel es diferente y siente de diferente manera. Cada pareja debería explorar la piel del otro buscando y realizando un mapa mental de los mejores lugares para acariciar. Un mapa del placer del otro.

*¿Y CON QUÉ ACARICIO?
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Con las manos evidentemente, sin embargo tiene a su disposición otras partes de su cuerpo para acariciar: los labios, la lengua, los dientes, el cabello, la barba etc.
También puede utilizar aparatos, pero personalmente estoy en contra de utilizar algo artificial para ponernos en contacto con la piel del otro pudiendo utilizar tantas partes de nuestro cuerpo para ello. Puede que para dar masaje un aparato sea de utilidad, pero acariciar es un acto demasiado íntimo, sensual, afectivo y en definitiva personal como para tener que usar algún aparato.
Los labios junto con la saliva, le añaden un componente muy erótico a la caricia, que se verá incrementado si además usamos la lengua. Estas tres cosas tienen efectos maravillosos en los momentos en que queremos darle a la caricia un componente más afectivo, íntimo o sensual. El interior de nuestra boca suele estar más caliente que nuestros dedos, el hacerle sentir al otro este calor a través de la lengua y los labios, le añade una sensación más placentera a la caricia. Para momentos extremadamente delicados y sensibles, el propio aliento puede constituir por sí mismo una caricia (en las orejas por ejemplo).
Los dientes convenientemente empleados pueden sustituir hasta cierto punto a los dedos.
Por supuesto no se trata de morder, más bien se trata de “depositar” los dientes sobre la piel y recorrer ésta con ellos de la misma manera que lo haría con las manos. Por razones atávicas los dientes añaden cierta agresividad al acto de acariciar dependiendo de la zona y la intensidad con que se haga. El gran efecto que produce acariciar las orejas y la nuca con los dientes será estudiado más adelante .

*LA TÉCNICA DE LA CARICIA
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Lo primero que piensa quien acaricia por primera vez es que para acariciar basta pasar las manos sobre la piel de cualquier manera. Nada más lejos de la realidad. Como todo, tiene su técnica y en este apartado vamos a intentar explicarla .
Ante todo el proceso de acariciar depende del tiempo que se disponga, no es lo mismo si usted dispone de una tarde entera para dedicar a acariciar que de unos minutos antes de prepararse para ir al trabajo.
Si dispone del tiempo suficiente, lo aconsejable es que empiece por las zonas menos sensibles y luego pase a las zonas más sensibles hasta agotarlas. Si dispone de poco tiempo, evidentemente, debería acariciar sólo las zonas más sensibles.
Luego, en cada zona que acaricie aconsejo tener en cuenta los siguientes factores de los cuales dependerá la mayoría de las veces el efecto de la caricia:
-SUPERFICIE: Cuanta menor es la superficie de contacto, mayor es el efecto. De manera progresiva el efecto aumenta si acariciamos con...
-Las palmas de las manos (muy poco efecto) -Los dedos de manera plana (más efecto) -Las puntas de los dedos (mayor efecto) -Las uñas. Con ellas conseguirá el máximo efecto. Para acariciar con las uñas recomiendo hacerlo con la mano “en garra”. En esta postura puede acariciar con facilidad mediante los cinco dedos a la vez.
-PRESIÓN: A mayor presión menos efecto. Debe empezar acariciando de una manera muy sutil, con apenas presión, sobre todo cuando lo haga con las uñas. A medida que vaya disminuyendo el efecto debe acariciar aumentando la presión hasta agotar la zona en la que está acariciando.
-LENTITUD: Cuanto más lentamente acariciemos mayor será el efecto.
-REPETICIÓN: Cuanto más veces repitamos las caricias en una zona determinada, menos efecto conseguiremos.
-MULTIPLICIDAD: Acariciar con los cinco dedos de la mano a la vez tiene más efecto que hacerlo con un solo dedo. Efectuarlo con las dos manos a la vez es mejor que hacerlo con una.
La última zona que recomiendo acariciar, es el cuero cabelludo. Las reglas de presión y lentitud aplicadas en otras zonas aquí no valen. El cuero cabelludo es una zona especial en la que cada persona desea ser acariciado de forma diferente. Unos prefieren una especie de masaje con los dedos y otros que se les rasque intensamente con las uñas. El efecto de acariciar el cuero cabelludo con intensidad es muy especial y liberador, para mí es un final apoteósico, por ello aconsejo realizarlo al final de las caricias. Sin embargo, según el clima que las caricias hayan propiciado, habrá quienes prefieran seguir con caricias en el sexo en último lugar. El sexo es un lugar como otro para recibir caricias, solo que con reglas y factores “diferentes”.

*COSQUILLAS Y ESCALOFRÍOS, ¿CÓMO EVITARLOS?
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Es posible que al intentar acariciar a su pareja, se encuentre con la decepción de que, en lugar de placer, sus caricias le produzcan cosquillas o desagradables escalofríos. No se extrañe, suele ocurrir. Como occidentales que somos, nuestra educación sensorial tradicionalmente ha sido tan deficiente que no es extraño que nuestro cuerpo llegue a rechazar las caricias.
Hay varias teorías que explican este fenómeno. Hay quienes piensan que esto ocurre porque las caricias son interpretadas por el sistema nervioso como una agresión que es respondida con risas, escalofríos y rechazo. Avala esta teoría el hecho de que no podemos producirnos cosquillas a nosotros mismos porque no esperamos “autoagredirnos”, y también por el hecho evidente (que cualquiera puede comprobar), que la predisposición a las cosquillas depende de la intencionalidad que percibamos en quien nos acaricia.
Esta intencionalidad, es determinante en la interpretación de la caricia. Si usted muerde ligeramente las orejas, acaricia las axilas o rasca la planta de los pies de su pareja en un ambiente de juego, tenga casi por seguro que ésta lo va a interpretar como una “agresión” jocosa que le producirá risa, pero además rechazo, escalofríos y el deseo de huir de sus caricias. Antes de acariciar pues, cuide y predisponga a su pareja en un ambiente relajado y sensual, excepto -claro está- que su intención sea precisamente crear un ambiente de juego.
Así pues, para EVITAR en lo posible la aparición de COSQUILLAS y ESCALOFRÍOS tiene a su disposición dos herramientas importantes:
-La primera consiste en crear ANTES de empezar, un ambiente de mutua confianza, relax, bienestar y (como se sigue insistiendo a lo largo de este escrito), un CLIMA emocional apropiado en la pareja.
-La segunda consiste en que mientras acaricie vaya disminuyendo paulatinamente la cantidad de superficie de la mano en contacto con la piel de la persona acariciada (lo que provoca -como ya se explicó más arriba- un aumento progresivo en la sensación):
-Empiece a acariciar con la palma de la mano entera.
-Si no es rechazado pruebe con las yemas de los dedos.
-Por último (si no se producen cosquillas), pruebe con las uñas. Cuando acaricie con las uñas hágalo primero relativamente fuerte (“rascando”) ya que la caricia más difícil de soportar para una persona con cosquillas es la de ser acariciada muy ligeramente con las uñas. Si con el tiempo y la práctica consigue esto último, puede decir sin temor a equivocarse que las cosquillas han dejado de ser un problema para su pareja.
Lo más probable es, que poco a poco y con la práctica, las cosquillas y los escalofríos vayan desapareciendo. Tenga paciencia, antes o después habrá un momento en que el sistema nervioso de su pareja dejará de interpretar las caricias como una agresión externa, y en lugar de cosquillas empezará a sentir auténtico placer con ellas.
El fenómeno de las cosquillas viene a indicarnos una vez más la importancia que tiene el que la piel de los niños sea acariciada por sus madres desde su más temprana edad.
Aparte de las enormes ventajas psicológicas que esta práctica tiene, les prepararán para disfrutar de las caricias en su vida adulta, pues una persona acostumbrada a ser acariciada de pequeña, difícilmente convertirá en escalofríos y cosquillas lo que deberían ser placenteras caricias.

*¿TIENE ALGO QUE VER EL MASAJE SENSUAL CON LAS CARICIAS?
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Mucho, podía decirse que entre las caricias y el masaje sensual, hay un continuo o también que el masaje sensual es la continuación de las caricias de otra manera. Personalmente creo que un masaje después de una sesión de caricias es una excelente idea. En cambio no recomiendo hacer lo contrario: ser acariciado después de recibir un masaje. El masaje realiza un “borrado“ de la piel, después de un masaje la sensibilidad de la piel disminuye drásticamente.

*LA CARICIA COMO JUEGO
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Una vez más el clima de la pareja es determinante para las caricias. Para un clima de “JUEGO” también hay caricias adecuadas. Los lugares perfectos para estos juegos son la NUCA y las OREJAS .
Las orejas constituyen un punto muy especial en las caricias. Son uno de los lugares con más terminaciones nerviosas. No es lo mismo acariciar con calma y en un ambiente relajado, que hacerlo “amenazadoramente” con los dientes, como un juego del animal que ataca a otro. El efecto suele ser muy jocoso, los gruñidos y gritos se mezclan con las risas. Estos juegos tienen además la ventaja de descargar la tensión nerviosa del que los “sufre”. El resultado suele ser un profundo relax. La persona queda “descargada” .
Morder ligeramente la nuca tiene además connotaciones especiales. Hay quienes piensan que en los músculos de la nuca acumulamos rabia y frustraciones contenidas.
Es frecuente que mordiendo ligeramente esta zona consigamos que parte de esta agresividad salga al exterior disfrazada de gruñidos y risas.

*¿CÓMO DISFRUTAR DE LAS CARICIAS?
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Acariciar puede hacerlo casi cualquiera, pero disfrutar de las caricias con intensidad es un don de la naturaleza. Lo mejor de este don es que hasta cierto punto puede ser entrenado.
La primera condición para disfrutar de las caricias consiste en un estado de ánimo apropiado. Si está usted estresado o nervioso, un masaje le sentará muy bien, le tranquilizara. En cambio le resultará muy difícil disfrutar de las caricias si se encuentra preocupado por algo. Aunque tienen puntos de contacto, las caricias y el masaje son cosas diferentes. Cada uno tiene su momento .
Para empezar procure situarse en un estado de paz interior que le permita concentrarse en su piel. Trate de situarse en un estado mental que algunos llaman “estado alfa”, “estado de meditación”, “viaje interior” etc. Se trata de mantener su mente en un estado de calma que le permita disfrutar de las caricias.
Una vez comenzadas las caricias no consienta que nada le aparte del placer y de las manos que le están acariciando. Si le es posible, desconecte su teléfono. Trate de no pensar en nada que no sea su cuerpo y más concretamente en su piel, en la mano que le acaricia y por extensión en la persona que le está acariciando y al pensar en ella, piense en la intencionalidad amorosa de quien lo está haciendo.
Su ÚNICA obligación en el momento en que es acariciado es disfrutar de las caricias, y si la persona que se las da es sensata, eso será precisamente lo que espere de usted: que disfrute al máximo de lo que ella le está dando. Ya le tocara a usted el turno de dar caricias otro día, pero ahora sea egoísta, preocúpese únicamente de su placer .
No se sienta culpable porque después de ser acariciado no le apetezca en absoluto acariciar a la otra persona, es natural que después de ser acariciados intensamente no nos apetezca más que devolver lo recibido con un intenso abrazo, unas palabras amorosas o quizá unos besos. Una recompensa que por otra parte y seguramente, esa persona espera de usted

*GUIÓN PARA UNA VELADA PERFECTA DE CARICIAS
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Ofrézcale a su pareja el regalo de una velada perfecta: Prepare el ambiente con anterioridad. Sugerencias: música relajante, luces discretas, ambiente perfumado... quizá todo ello precedido de una excelente cena.
Empiece por una sesión de pausada respiración y concentración para inducir a su pareja a un estado de relajación, háganlo los dos a la vez. Luego comience con las caricias.
Cuando termine continúe con un masaje relajante... y a ser posible erótico. Si además consigue llevar a su pareja a un orgasmo tranquilo, lo más probable es que su regalo tenga el plus de llevarla a un sueño realmente reparador.
No se extrañe si al día siguiente su pareja se muestra agradecida, un poco más afectiva y quizá... un poco más enamorada.
¿Qué está esperando? . Empiece a acariciar a su pareja YA. No espere a hacer un Master en Caricias, NO es necesario. Empiece a experimentar ahora mismo. Por muy mal que lo haga, es muy difícil que le haga daño, lo más probable es que en lugar de fijarse en su posible torpeza sienta que le está dando un REGALO, quizá mucho más valioso que un ostentoso ramo de flores o un caro objeto de joyería.

Autor: El Faro
elfarosm@hotmail.com
http://www.elfarosm.blogspot.com.es

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